El 30 de junio es una fecha de gran relevancia para todos los chilenos, ya que celebramos el Día del Bombero, un homenaje a aquellos valientes hombres y mujeres que, con dedicación y sacrificio, arriesgan sus vidas para proteger a la comunidad. Esta conmemoración tiene sus raíces en un hecho histórico trascendental: la fundación del primer Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Chile en Valparaíso en 1851.

 La necesidad de crear una organización de bomberos en Valparaíso surgió a raíz de un devastador incendio que dejó en evidencia la carencia de un sistema eficaz para enfrentar este tipo de emergencias. El desastre movilizó a los ciudadanos, quienes, movidos por un profundo sentido de solidaridad y compromiso con su ciudad, decidieron unirse para formar el primer cuerpo de bomberos voluntarios del país y de América Latina.

 La creación del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Valparaíso marcó un antes y un después en la historia de la protección contra incendios en Chile. Este esfuerzo pionero no solo permitió enfrentar con mayor eficacia los incendios, sino que también sentó las bases para la formación de cuerpos de bomberos en otras ciudades del país. Gracias a la valentía y la iniciativa de aquellos primeros voluntarios, hoy contamos con una red nacional de bomberos que velan por nuestra seguridad día y noche.

“El puerto guarda entre sus quebradas, una historia forjada con fuego. Los Chonos llamaban “Alimapu” a esta bahía; usaban la voz mapuche compuesta de “ali” (caliente, quemado, seco) y “mapu” (tierra), para conjugar el nombre de “Tierra devastada por el fuego”; la razón, según algunos, es que desde siempre esta ciudad ha sido arrasada por las democráticas llamas que no discriminan en su inalcanzable pasar por los cerros, quebradas y plan de esta ciudad; quemando indistintamente todo lo que se encuentre en su paso.

 Tales características la aprendieron bien aquellos compatriotas y extranjeros que hicieron de este lugar su hogar, levantando una fructífera ciudad que muy pronto sufriría los embates de las llamas que sorprendieron hacia la medianoche del 15 de diciembre de 1850, cuando los porteños interrumpieron la tranquilidad de sus sueños, por la tragedia que se desarrollaba producto del gran incendio que afectaba una cigarrería de la calle Cruz de Reyes, (hoy intersección de las calles Prat y Lord Cochrane), arrasando con una manzana completa, quemando 37 casas, decenas de locales comerciales, edificios y construcciones de la acera del frente.

 El fuego hizo arder todo a su paso, casas, bodegas, rancheríos y todo lo que se interpusiese en su camino. La historia cuenta que la ciudadanía espontáneamente se organizó para combatir el infierno que se levantaba en medio de la ciudad y la oscuridad de la noche, así trabajaron en el siniestro vecinos, empleados de las diversas fábricas, dueños de negocios, el cuerpo de cívicos, que era una especie de conscripción de la época; apoyados también por las bombas y la tripulación de dos embarcaciones de guerra, una francesa y otra inglesa; la historia dice también que incluso el intendente de la época, el Almirante Manuel Blanco Encalada, participó en las tareas de extinción que duraron toda la noche, reactivándose al día siguiente con la misma fuerza devastadora, dejando ver un escenario dantesco que caló muy hondo en los espíritus nobles de un conjunto importante de hombres que vieron la necesidad de organizarse para afrontar futuras tragedias.

Al día siguiente del siniestro, el Diario El Mercurio informó la «necesidad de organizar de antemano el trabajo de los incendios», este llamado encontró eco en un grupo de connotados vecinos que se reunieron el 19 de diciembre en la sala de la Intendencia, presidida por Santiago Melo (subrogante del Intendente Manuel Blanco Encalada), lugar en que se decidió crear una comisión organizadora que propusiera medidas para combatir los incendios, teniendo como primera función el solicitar los fondos necesarios a las autoridades, además de tomar algunas medidas, como lo era la limpieza de chimeneas y una mayor vigilancia de la ciudad.
Se crearon así dos comisiones, una a cargo de la organización de los ciudadanos que conforman esta agrupación de bomberos voluntarios y, la otra, estaría ocupada de conseguir “el financiamiento” para adquisición del material necesario para la creación de las primeras compañías.

Es así como se comienza a gestar el proyecto. El Mercurio de la época consignaba lo siguiente: “Bomba de incendio: la comisión nombrada para organizar los Cuerpos Independientes de Bomberos, suplican a todos los que se han suscrito en algunas de las listas, como a los que sin estar suscritos, desean formar parte en la formación de los Cuerpos, se reúnan el miércoles próximo 30 de abril a las ocho de la noche en el teatro de La Victoria. Las listas se hallan en las casas de los comisionados Juan Brown, Eduardo Mickle, Otto Ude y Guillermo Miuller”.

De esta manera se crea la “Asociación contra Incendios” conformada por 4 Cías. (2 de agua, 1 de hacha, ganchos y escaleras y 1 de guardia de la propiedad).

Extracto Historia – Primera Compañía Cuerpo de Bomberos de Valparaíso

 En este Día del Bombero, queremos extender nuestro más sincero saludo y reconocimiento a todos los bomberos de Chile. Su labor incansable y su espíritu de servicio representan lo mejor de nuestra sociedad. Cada incendio combatido, cada vida salvada y cada sacrificio realizado son testimonio de su inquebrantable dedicación.

 Además, es importante recordar las lecciones que nos dejó aquel incendio en Valparaíso: la necesidad de estar siempre preparados, de fomentar la prevención y de contar con organizaciones bien entrenadas y equipadas. La historia nos ha enseñado que la prevención y la organización son fundamentales para enfrentar los desafíos que nos presenta la naturaleza.

 Desde la Asociación Nacional de Protección contra Incendios, reiteramos nuestro compromiso de seguir apoyando y fortaleciendo a nuestros bomberos.

 A todo los bomberos de Chile, gracias por su valor, su compromiso y su servicio desinteresado. ¡Feliz Día del Bombero!

 Esperamos que esta noticia sirva para reconocer, recordar y honrar a nuestros valientes bomberos en su día especial.

El 30 de junio es una fecha de gran relevancia para todos los chilenos, ya que celebramos el Día del Bombero, un homenaje a aquellos valientes hombres y mujeres que, con dedicación y sacrificio, arriesgan sus vidas para proteger a la comunidad. Esta conmemoración tiene sus raíces en un hecho histórico trascendental: la fundación del primer Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Chile en Valparaíso en 1851.

 La necesidad de crear una organización de bomberos en Valparaíso surgió a raíz de un devastador incendio que dejó en evidencia la carencia de un sistema eficaz para enfrentar este tipo de emergencias. El desastre movilizó a los ciudadanos, quienes, movidos por un profundo sentido de solidaridad y compromiso con su ciudad, decidieron unirse para formar el primer cuerpo de bomberos voluntarios del país y de América Latina.

 La creación del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Valparaíso marcó un antes y un después en la historia de la protección contra incendios en Chile. Este esfuerzo pionero no solo permitió enfrentar con mayor eficacia los incendios, sino que también sentó las bases para la formación de cuerpos de bomberos en otras ciudades del país. Gracias a la valentía y la iniciativa de aquellos primeros voluntarios, hoy contamos con una red nacional de bomberos que velan por nuestra seguridad día y noche.

“El puerto guarda entre sus quebradas, una historia forjada con fuego. Los Chonos llamaban “Alimapu” a esta bahía; usaban la voz mapuche compuesta de “ali” (caliente, quemado, seco) y “mapu” (tierra), para conjugar el nombre de “Tierra devastada por el fuego”; la razón, según algunos, es que desde siempre esta ciudad ha sido arrasada por las democráticas llamas que no discriminan en su inalcanzable pasar por los cerros, quebradas y plan de esta ciudad; quemando indistintamente todo lo que se encuentre en su paso.

 Tales características la aprendieron bien aquellos compatriotas y extranjeros que hicieron de este lugar su hogar, levantando una fructífera ciudad que muy pronto sufriría los embates de las llamas que sorprendieron hacia la medianoche del 15 de diciembre de 1850, cuando los porteños interrumpieron la tranquilidad de sus sueños, por la tragedia que se desarrollaba producto del gran incendio que afectaba una cigarrería de la calle Cruz de Reyes, (hoy intersección de las calles Prat y Lord Cochrane), arrasando con una manzana completa, quemando 37 casas, decenas de locales comerciales, edificios y construcciones de la acera del frente.

 El fuego hizo arder todo a su paso, casas, bodegas, rancheríos y todo lo que se interpusiese en su camino. La historia cuenta que la ciudadanía espontáneamente se organizó para combatir el infierno que se levantaba en medio de la ciudad y la oscuridad de la noche, así trabajaron en el siniestro vecinos, empleados de las diversas fábricas, dueños de negocios, el cuerpo de cívicos, que era una especie de conscripción de la época; apoyados también por las bombas y la tripulación de dos embarcaciones de guerra, una francesa y otra inglesa; la historia dice también que incluso el intendente de la época, el Almirante Manuel Blanco Encalada, participó en las tareas de extinción que duraron toda la noche, reactivándose al día siguiente con la misma fuerza devastadora, dejando ver un escenario dantesco que caló muy hondo en los espíritus nobles de un conjunto importante de hombres que vieron la necesidad de organizarse para afrontar futuras tragedias.

Al día siguiente del siniestro, el Diario El Mercurio informó la «necesidad de organizar de antemano el trabajo de los incendios», este llamado encontró eco en un grupo de connotados vecinos que se reunieron el 19 de diciembre en la sala de la Intendencia, presidida por Santiago Melo (subrogante del Intendente Manuel Blanco Encalada), lugar en que se decidió crear una comisión organizadora que propusiera medidas para combatir los incendios, teniendo como primera función el solicitar los fondos necesarios a las autoridades, además de tomar algunas medidas, como lo era la limpieza de chimeneas y una mayor vigilancia de la ciudad.
Se crearon así dos comisiones, una a cargo de la organización de los ciudadanos que conforman esta agrupación de bomberos voluntarios y, la otra, estaría ocupada de conseguir “el financiamiento” para adquisición del material necesario para la creación de las primeras compañías.

Es así como se comienza a gestar el proyecto. El Mercurio de la época consignaba lo siguiente: “Bomba de incendio: la comisión nombrada para organizar los Cuerpos Independientes de Bomberos, suplican a todos los que se han suscrito en algunas de las listas, como a los que sin estar suscritos, desean formar parte en la formación de los Cuerpos, se reúnan el miércoles próximo 30 de abril a las ocho de la noche en el teatro de La Victoria. Las listas se hallan en las casas de los comisionados Juan Brown, Eduardo Mickle, Otto Ude y Guillermo Miuller”.

De esta manera se crea la “Asociación contra Incendios” conformada por 4 Cías. (2 de agua, 1 de hacha, ganchos y escaleras y 1 de guardia de la propiedad).

Extracto Historia – Primera Compañía Cuerpo de Bomberos de Valparaíso

 En este Día del Bombero, queremos extender nuestro más sincero saludo y reconocimiento a todos los bomberos de Chile. Su labor incansable y su espíritu de servicio representan lo mejor de nuestra sociedad. Cada incendio combatido, cada vida salvada y cada sacrificio realizado son testimonio de su inquebrantable dedicación.

 Además, es importante recordar las lecciones que nos dejó aquel incendio en Valparaíso: la necesidad de estar siempre preparados, de fomentar la prevención y de contar con organizaciones bien entrenadas y equipadas. La historia nos ha enseñado que la prevención y la organización son fundamentales para enfrentar los desafíos que nos presenta la naturaleza.

 Desde la Asociación Nacional de Protección contra Incendios, reiteramos nuestro compromiso de seguir apoyando y fortaleciendo a nuestros bomberos.

 A todo los bomberos de Chile, gracias por su valor, su compromiso y su servicio desinteresado. ¡Feliz Día del Bombero!

 Esperamos que esta noticia sirva para reconocer, recordar y honrar a nuestros valientes bomberos en su día especial.